quarta-feira, 20 de maio de 2015

El Capital como inspiración en la teoría de Vigotsky

Por JUAN DUARTE
Ideas de Izquierda, Número 18, abril 2015. 


 “La posibilidad de una psicología como ciencia es, ante todo, un problema metodológico. El Capital debe enseñarnos mucho, porque la verdadera psicología social comienza después de El Capital y sin embargo la psicología es hoy una psicología anterior a El Capital”.
Lev Vigotsky, El significado histórico de la crisis en psicología (1927)



Si bien las referencias a El Capital y al marxismo en general recorren toda su obra y constituyen su “núcleo duro” [1], en este breve recorrido nos centraremos en ilustrar en sus rasgos más generales la utilización del método de “análisis por unidades” en su última obra, Pensamiento y habla [2], donde el estudio del pensamiento verbal o del significado toma el lugar metodológico, respecto al estudio de los procesos de conciencia, de la mercancía respecto al capitalismo en El Capital, dando lugar, en palabras de su autor a “una nueva teoría psicológica de la conciencia”.

El proyecto de Vigotsky se enmarca dentro del proceso revolucionario soviético de 1917, como parte del cual llevará adelante la empresa de sentar las bases de una psicología científica que escape a los dualismos[3] y reduccionismos [4] que la caracterizaron, en crisis desde su constitución como disciplina científica a fines del siglo XXI, tironeada entre una tendencia materialista mecanicista y otra idealista, o, dicho de otra forma, entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu, dualismo ilustrado por Wundt y su propuesta de dos psicologías [5].

A partir del análisis crítico de la dialéctica del desarrollo histórico de la disciplina, la clave investigativa para romper con la psicología tradicional pasará por la construcción de un método propio. En otras palabras, en “el desarrollo de un corpus conceptual específico, orientado por premisas filosóficas [materialismo dialéctico] y metodológicas” [6].

Entre el sistema filosófico y la explicación científica debe mediar un método propio de la psicología, lo contrario de la derivación del objeto desde principios universales abstractos establecidos a priori. En este sentido, en El significado histórico de la crisis en psicología (1926), plantea que

la única aplicación legítima del marxismo en psicología sería la creación de una psicología general cuyos conceptos se formulen en dependencia directa de la dialéctica general, porque esta psicología no sería otra cosa que la dialéctica de la psicología […] Para crear estas teorías intermedias –o metodologías, o ciencias generales– será necesario desvelar la esencia del grupo de fenómenos correspondientes, las leyes sobre sus variaciones, sus características cualitativa y cuantitativas, su causalidad, crear las categorías y conceptos que les son propios, crear su El Capital [7].

Pero esto significará una apropiación del método de Marx y una efectiva investigación científica, y no la aplicación directa de la dialéctica o la mera acumulación de citas y extrapolaciones directas, que llevarían a una especie de “escolástica”, tal como pretendían ciertos autores (y que luego será la norma para el estalinismo, que hará de la reflexología su psicología “marxista” oficial).

Se tratará de un método indirecto (que implica una actividad científica) de abordaje de los fenómenos, característica que comparten la experimentación y el análisis dialéctico utilizado por Marx. En este sentido, señala que

Eso mismo dice en esencia Marx, cuando compara la fuerza de la abstracción con el microscopio y con los reactivos químicos en las ciencias naturales. Todo El Capital está escrito siguiendo ese método: Marx analiza la “célula” de la sociedad burguesa –a forma del valor de la mercancía– y muestra que es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la célula. […] Al profano, dice, puede parecerle que su análisis se pierde en un laberinto de sutilezas. Y son en efecto sutilezas; del mismo tipo que nos depara, por ejemplo, la anatomía micrológica [8].

La elección de las unidades de análisis correctas permitirá entender los fenómenos psíquicos, a partir de estudio del desarrollo concreto de las “células” de aquellos, que contienen elementos en tensión irreductibles entre sí, que encierran las propiedades estructurales de la totalidad (que solo a partir de la investigación podrá desplegarse en sus “múltiples determinaciones y relaciones” en tanto “concreto pensado”)[9].

El problema de la conciencia y estudio del significado como análogo al de la mercancía

Si bien el campo abordado por la psicología histórico-cultural vigostkiana es muy amplio, ubica como problema nodal de la psicología humana el desarrollo de la conciencia, o sea el de las funciones psicológicas “superiores”, para distinguirlas de las “inferiores” o presentes en otras especies animales. La posibilidad de conciencia y voluntad son justamente las características de la memoria, atención, pensamiento, percepción, etc., propiamente humanas. En Pensamiento y habla se aboca a esta tarea, y la clave para abordar el tipo de actividad mediada implicada en aquellas será el de la relación entre pensamiento y el signo lingüístico: “el aspecto menos estudiado y el de más difícil compresión” de la psicología, respecto al cual todas las soluciones propuestas previamente “oscilaron entre dos posiciones extremas: la identificación o total fusión [como por ejemplo para el conductismo] pensamiento/palabra, y la más absoluta y metafísica disociación y separación entre ambos [escuela de Wurzburgo, la palabra como “revestimiento” del pensamiento]”[10].

El método de análisis por unidades permitirá dar cuenta de las relaciones dinámico-causales implicadas en el surgimiento de la conciencia. Al tipo de análisis basado en la “descomposición de los conjuntos psicológicos complejos en sus elementos”, que “no es capaz de explicar la diversidad concreta ni la especificidad de las relaciones entre palabra y pensamiento que encontramos cotidianamente”, sino que termina en una universalidad abstracta, contrapone “un análisis que divide la compleja unidad del conjunto en unidades”. Estas son producto del análisis, y “contiene[n] en sí todas las propiedades fundamentales inherentes al conjunto y representa[n] una parte viva e indivisible de este”. Su carácter es molecular, y no atomístico. El primer tipo de análisis obtiene “productos que han perdido las propiedades del todo”, el segundo obtiene la complejidad del proceso.

Así como en El capital Marx toma a la mercancía como “célula” del capitalismo que permite desplegar sus contradicciones, o sea, su dinámica, la unidad que propondrá Vigotsky será el pensamiento verbal o significado, el aspecto interno de la palabra, la unidad del pensamiento discursivo que puede ser observado tanto como fenómeno del habla como del pensamiento, que implica una unidad de funciones de generalización (pensamiento) y comunicación (social) [11]. Esta definición permitirá llevar adelante un abordaje complejo en tres planos: génesis/desarrollo, funcionamiento y estructura de esta unidad, la que le permitirá volver a encontrarlo, al final del recorrido científico, ya no como abstracción inicial sino en tanto “concreto pensado”, o unidad de múltiples determinaciones. Solo de esta manera “se hace posible por vez primera un análisis genético-causal del pensamiento y el habla […] entender el verdadero vínculo existente entre el desarrollo del pensamiento y el desarrollo social del niño”. Otro aspecto clave que permitirá abordar este método será el del vínculo entre intelecto y afecto, pensamiento y emoción, reconstruyendo “un sistema semántico dinámico constituido por la unidad de los procesos afectivos e intelectuales”[12].

A partir de allí expondrá el desarrollo filogenético del pensamiento y el habla, con raíces diferentes e independientes que confluyen en determinado momento del pasaje entre los homínidos superiores y hombre [13], dando lugar a nuevas funciones comunicativas y de pensamiento, emergiendo un nuevo tipo de actividad mediada por signos lingüísticos internalizados, la estructura el pensamiento discursivo pasible de conciencia y voluntad. Asimismo expondrá las raíces genéticas en la ontogenia, donde el papel de la internalización del signo lingüístico y su apropiación mediante procesos de imitación activa, dan lugar a la emergencia de una estructura mediada en el funcionamiento mental. Este proceso se da en zonas de desarrollo próximo.

Vigotsky llevará adelante un estudio experimental del desarrollo del significado, del desarrollo de los conceptos en la infancia. Por un lado de conceptos artificiales, creados experimentalmente, mediante el “método de doble estimulación” (centrado en la utilización de signos artificiales como mediadores del pensamiento) y, por otro, de la relación y desarrollo de los conceptos espontáneos y científicos.

Un aspecto clave del método propuesto es el de permitir dar cuenta de un fenómeno contradictorio y dinámico, que permita concebir la relación entre el pensamiento y la palabra no como una cosa, sino un proceso, el movimiento del pensamiento hacia la palabra, y, a la inversa, de la palabra hacia el pensamiento. Permitirá dar cuenta de la serie de fases o estadios y las modificaciones sufridas en el camino de su desarrollo funcional, del movimiento del propio proceso del pensar, del pensamiento a la palabra. En este sentido Vigotsky plantea que

El pensamiento no se refleja en la palabra, sino que se realiza en esta. Por esta razón, podría hablarse del proceso de formación (la unidad del ser y del no ser) del pensamiento en la palabra. […] todo pensamiento tiene movimiento, curso, despliegue, en una palabra, el pensamiento cumple alguna función, algún trabajo, resuelve alguna tarea. Este curso del pensamiento se da como un movimiento interno a través de toda una serie de planos, como el paso del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento […] El investigador se enfrenta aquí con mucho de lo que “ni siquiera los sabios podían soñar”[14].

Solo concibiendo una unidad compuesta de tendencias contradictorias será posible captar la dinámica propia del fenómeno. Por ejemplo, “La investigación muestra que el aspecto interno, significativo del habla, y el externo, sonoro y manifiesto, sin bien conforman una auténtica unidad, cada uno tiene sus propias leyes de movimiento […] el desarrollo de los aspectos semántico y manifiesto avanza en direcciones opuestas”. Del todo a la parte el primero, y de la parte al todo el segundo.

Hasta aquí la ilustración del modo en que Vigotsky hace ciencia utilizando El Capital como inspiración metodológica. Para finalizar, señalemos que se trata de un planteo que supone una totalidad más amplia, la del ser humano como síntesis compleja emergente, biológica e histórica:

Lo principal radica en que al reconocer el carácter histórico del pensamiento discursivo debemos incluir en esta forma de comportamiento todas las tesis metodológicas que el materialismo histórico establece en relación con todos los fenómenos históricos en la sociedad humana […] que el tipo mismo de desarrollo histórico del comportamiento dependa directamente de las leyes generales del desarrollo histórico de la sociedad humana [15].

En otras palabras, se trata de una constitución subjetiva que no se resuelve en un plano individual ni meramente grupal, sino en la posibilidad histórica de un modo de existencia distinto al impuesto por un sistema social alienado y alienante, que supone la lucha de clases y la necesidad de un cambio revolucionario.


[1] Esta interpretación es hoy minoritaria respecto del mainstream de los estudios que se reclaman vigotskianos. Un texto significativo que puede consultarse es el muy buen libro de Castorina, J.A. y Baquero, R., Dialéctica y psicología del desarrollo. El pensamiento de Piaget y Vigotsky. Amorrortu, Buenos Aires, 2005; y también la entrevista a J. A. Castorina en Idz 10. Mohamed Elhammoumi y Andy Blunden son otros autores ubicados en esta perspectiva. Al respecto puede consultarse el interesante artículo de Luciano García, “El descubrimiento de Vigotsky, un problema histórico y epistémico” en Revista Culturas Psi.
[2] Vigotsky, Lev, Pensamiento y habla, Buenos Aires, Colihue, 2005. En IdZ 14 nos hemos centrado en la situación histórica y el planteo más general del programa del psicólogo soviético.
[3] Centralmente el dualismo cartesiano mente/cuerpo y dicotomías como innato/adquirido, naturaleza/cultura, intrasubjetivo/intersubjetivo, individual/social, por ejemplo.
[4] Como por ejemplo la psicología introspectiva subjetivista, el psicoanálisis, el conductismo y la reflexología, cada una postulando sus propios –e incompatibles– principios explicativos para toda la psicología.
[5] O los caminos antinómicos propuestos, por ejemplo, por la fenomenología idealista de Husserl y el materialismo mecánico de la psicología animal de Thorndike o el conductismo de Watson. Hoy, en nuestro país, podríamos ubicar, a modo de hipótesis, a las neurociencias y el psicoanálisis de corte lacaniano, respectivamente.
[6] Castorina y Baquero, ob. cit. p.141.
[7] Barcelona, Visor, 1991, p.388. Subrayado nuestro.
[8] Vigotsky cita acá el prólogo a la primera edición de El Capital.
[10] Vigotsky, Lev, ob. cit., p. 11.
[11] Vale destacar podemos hablar de unidades mayores o más abarcativas, como la unidad de líneas de desarrollo biológico, histórico y ontogenético en el ser humano, o la zona de desarrollo próximo como clave para explicar las relaciones entre desarrollo y aprendizaje cultural en la ontogenia, que suponen una unidad entre procesos intrasubjetivos e intersubjetivo.
[12] Vigotsky, Lev, ob. cit., p.26.
[13] En este punto aparece la productividad de las hipótesis planteadas por Engels respecto al papel del trabajo en la transición del mono al hombre. Es significativo cómo estas, vía su creativa utilización vigotskiana, son retomadas por un fructífero campo de investigaciones experimentales en psicología evolutiva, tal como muestra el trabajo de Michael Tomasello centrado en explicar el proceso de hominización y humanización. Ver Los orígenes culturales de la cognición humana. Buenos Aires, Amorrortu, 2008. Respecto a la verificación de la hipótesis especulativa de Engels, ver Gould, Stephen Jay, “La postura hizo al hombre”.
[14] Se trata, en este punto, de un desarrollo de gran complejidad, que no podemos desarrollar aquí por cuestiones de espacio, que el lector podrá encontrar en el capítulo final de Pensamiento y habla.
[15] Vigotsky, Lev, ob.cit., p.167.

 

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